


Esta procedencia de la palabra es la que en general se da como cierta, pero hay una voz discordante. Cierto experto victoriano insistía en que "la palabra Jockey es ni más ni menos que el término chukni ligeramente modificado, por el que los gitanos designan los formidables látigos que suelen llevar, actualmente de uso muy extendido entre los tratantes de caballos, que los llaman látigos jockey". Otros estudiosos tildan esta idea de "mera fantasía" y la rechazan de plano, pero puede que haya desempeñado una función secundaria en la adopción de la palabra.
Y ciertamente ha sido una adopción decidida, porque ha pasado a otros idiomas, como el francés, el español, el portugués y el alemán.
Dicho sea de paso, el conocido casco de jockey se imitó del que en la antigua Roma llevaban los aurigas. El de éstos era de bronce, para protegerles el cráneo, y llevaba una visera que descansaba la vista del frecuente sol. También sirvió de modelo para los gorras de los uniformes escolares ingleses.
Fuente: "El caballo, comprenderlo y entenderlo" de Desmond Morris, P&J (1990). Págs. 148 - 149.
No hay comentarios:
Publicar un comentario