-Pero la otra cosa, la que más me gusta, es que cada carrera de caballos es de por sí algo que no se entiende. Ocho o nueve veces al día, un día tras otro, los hombres y los caballos salen, se ponen en hilera y empiezan a correr. E inmediatamente te das cuenta de que te encuentras en el país del misterio. ¿Qué caballo tiene la línea de la crin fracturada? ¿Qué caballo ve algo que le divierte? ¿Qué caballo se siente en especial buena forma? ¿Qué jockey acosa a qué otro jockey? Un misterio imposible de sondear con los "Forms", con las teorías, con ninguna ciencia conocida, pero que ocurre todos los días. Y además, tiene su historia. Cada caballo, cada jockey, cada propietario, cada entrenador, cada apostador, cada carrera. Un partido de fútbol es una sola historia un día por semana. ¡Qué aburrimiento! Un día en las carreras son miles de historias rodeadas de hierba, de árboles, con brisa y montañas al fondo.
Páginas nº 195-196. Capítulo: "Un día en las carreras" (Pág. 181).
Personajes: Leo, aficionado a las carreras, teórico de la vida en los hipódromos y su hija Jesse, nueve años de edad.
Libro: "El paraíso de los caballos", de Jane Smiley (Tusquets Editores, 2003, 690 págs.)
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