"No cambiaría mi caballo por ningún otro que marche a cuatro patas. Hace trotar al aire. La tierra canta cuando la toca. Este es un verdadero caballo y todos los demás rocines pueden ser llamados bestias. Es el príncipe de los palafrenes. Su relincho es como el mandato de un monarca y su marcha arranca la admiración."
William Shakespeare: Enrique V, 1600.
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