"Para aquellos que deseen ir más allá del interés del simple espectador en los caballos, tenemos una palabra de advertencia. Es necesario hacer un gran esfuerzo antes de poder decir con toda honestidad, "Montar a caballo es la más grande felicidad en la tierra". Para cualquiera que no haya estado en la silla desde su primera infancia la tentativa inicial de montar a caballo puede ser una prueba bastante difícil. La paciencia y la perseverancia son los requisitos más importantes; se presupone el amor por los caballos. Cualquiera que satisfaga estas condiciones experimentará una emoción de la cual ningún jinete podrá prescindir, y hay pocas cosas más agradables que vagar por el campo a caballo o competir con personas del mismo parecer.
Alwin Schockemöhle (jinete alemán de saltos)
Campeón olímpico en Montreal (1976) y
medalla de oro en la competencia de equipos en Roma (1960).
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