lunes, 17 de agosto de 2009

"Sanlúcar: carreras y manzanilla" por Javier Hidalgo, gentleman

Una postal que reiterativamente se muestra cuando se quiere publicitar la capital de la desembocadura del Guadalquivir consiste en el retrato del río con el fondo de Doñana, los barcos pesqueros y los caballos en competición en primer término. Otra, también reiterativamente utilizada, es la que con el mismo escenario presenta en primer plano una botella de manzanilla y una fuente de langostinos.
Ambas, dos grandes referencias sanluqueñas, carreras de caballos y manzanilla, mantienen muchos puntos de conexión. Primero, comparten una fuerte exclusividad. Se puede decir que, con alguna excepción de bastante menor importancia, las carreras de caballos de Sanlúcar son las únicas que se celebran en la playa bajo el código oficial internacional que regula esta disciplina hípica. Por su parte, el afamado vino sanluqueño tiene una área de producción que se limita a este municipio. En ningún lugar de la tierra se puede producir manzanilla más que aquí.
En segundo lugar, manzanilla y carreras comparten un alto grado de distinción. Si manzanilla es un vino de clase, reservado a élites conocedoras, las carreras proporcionan un espectáculo cuyo nivel de originalidad y categoría son difíciles de igualar.
Y en tercer lugar, competición y vino se originan y se desarrollan a partir de ambientes y procesos naturales. El caldo de color oro pálido precisa para madurar el microclima único sanluqueño, que viene condicionado por la actividad combinada del río, el océano y la marisma y la acción catalizadora de la flor, una asociación de hongos y bacterias que vive sobre su superficie en el interior de las botas donde se almacena y se deja envejecer. Por su parte, las carreras se disputan en un hipódromo natural donde la alfombra de arena y conchas milenarias sustituye al césped y donde el trabajo de la segadora y el rulo viene siendo realizado por el viento y las mareas. Un hipódromo que se crea y desaparece dos veces al día, al ritmo marcado por la fuerza de atracción de la luna.
Esta sólida conexión entre el producto de la viña y el espectáculo deportivo ha propiciado una unión indisoluble entre ellos, que se manifiesta desde los orígenes de la competición. Sin duda, fueron los contactos con Gran Bretaña, establecidos en base a la distribución de los vinos sanluqueños en aquel país, los que facilitaron la original idea de ciertos personajes locales, de organizar las carreras de caballos en Sanlúcar, las que que a la postre fueron las primeras que se celebraron en España. Y, naturalmente, fueron las casas vinateras las que patrocinaron los premios, de forma que aún hoy día siguen siendo las principales patrocinadoras de esta mezcla de fiesta-espectáculo-reunión social. En contrapartida, y mientras en los hipódromos de nuestros vecinos países europeos es el champán la bebida institucionalizada para la ocasión, en el hipódromo mareal sanluqueño se celebran los triunfos y se agasaja a los amigos con manzanilla.
Constituyen además las carreras una ocasión inmejorable para atender a clientes y prodigar las relaciones públicas por parte de las empresas bodegueras. Esta fuerte interrelación carreras-manzanilla debería estar más y mejor explotada. Ambos tesoros patrimoniales deberían publicitarse unidos, como las dos grandes señas de Sanlúcar, lo que reportaría más beneficios mutuos.
Cuando en este mes de agosto los finos cascos de los purasangre vuelvan a golpear con sordo repiqueteo las milenarias arenas de la boca del Betis, la gran fiesta sanluqueña se estará repitiendo una vez más y el zumo de la uva palomino envejecido por el sistema de criaderas y soleras correrá de nuevo en la playa de Bajo de Guía después de la puesta de sol.
Estoy seguro de que la 164 edición de las Carreras de Caballos de Sanlúcar constituirá un rotundo éxito tanto en lo deportivo como en lo espectacular y en lo social.
Mientras tanto, brindemos por ello con una copa de nuestro producto sanluqueño único, la manzanilla, un vino elegante, atractivo y natural, el equivalente en el mundo del vino a lo que sería en el de la danza un bailarín de ballet.

Fuente: Columna "Bajo de Guía", pág. 8, de la revista "Trofeo Caballo" Nº 120 - Agosto 2009.
También os dejo el enlace para ver el programa "A Caballo" que trata sobre el mismo tema:
Dura 41:10 minutos y hay tres entrevistas con el resumen del primer ciclo....
Un abrazo.

1 comentario:

  1. Pintas genial y tienes un BLOG fantástico

    Mi ENHORABUENA :)

    Ahhh y eres alguien ESPECIAL sin duda, yo tb lo soy :)

    Mi EMAIL es claudioeldelpeto@yahoo.es para lo k necesites :)

    Abrazos

    Especial

    ResponderEliminar